Para minimizar esta sensación de que evaluar proveedores es una “formalidad que hay que cumplir”, veamos la diferencia que encontramos en dos de nuestros clientes que evalúan a sus proveedores críticos y otra que no lo hace; O lo que es similar, la diferencia en una empresa antes y después de comenzar a aplicar el proceso de evaluación (o habiendo cambiado alguna parte del mismo).

 

Aspectos antes – proveedor sin evaluar:

·         Tiempo de entrega: normal, con problemas como siempre.

·         Calidad de servicio: normal, con problemas como siempre.

·         Nivel de conformidad: no sabemos. Y si lo sabemos, no podemos expresarlo más allá de los “5 dígitos oscilantes”.

·         Vínculo con las áreas de producción y administración: caótico

·         Cantidad suministrada por el proveedor: se cumple pero con incertidumbre de provisión.

 

Aspectos después – proveedor evaluado:

·         Tiempo de entrega: mejorado y con mediciones.

·         Calidad de servicio: mejorada y con mediciones.

·         Nivel de conformidad: lo sabemos, lo medimos, y lo mantenemos en un nivel muy alto.

·         Vínculo con las áreas de producción y administración: definido y armónico

·         Cantidad suministrada por el proveedor: se cumple y hasta nos podemos anticipar.

 

Estos aspectos mejorados fueron posible gracias a los siguientes tips:

 

1.                  Se discutió en equipo, cuál era el mejor proceso de selección y evaluación de proveedores para esta empresa y se expresó gráficamente.

2.                  Se definieron objetivos estratégicos para este proceso.

3.                  Se hizo alineación con objetivos y procesos de la empresa.

4.                  Se formalizó una nueva relación con proveedores clave (nueva vinculación y comunicación).

5.                  Se definieron parámetros de servicio

a.       Capacidad de suministro

b.      Capacidad tecnológica

c.       Capacidad de adaptación al cambio

d.      Calidad y control de los procesos

e.      Capacidad de las personas

6.                  Transformar estos parámetros en matrices y tableros de control.

 

Como todo proceso se puede mejorar. Y como decía Joseph Juran: “hemos mejorado, que no es poco”.